Antes de adentrarnos en
la vuelta a la península de esta importante obra para el arte español, creo que
es conveniente recordar algunos detalles de dicha obra. La Dama de Elche es un busto de 56 cm de altura, realizada en piedra
calcárea y se ha podido apreciar restos de la pintura que debía decorarla: rojo
sobre los labios, azul en el manto y blanco en la mantilla. Hay numerosas teorías en las que se trata la posibilidad de que este busto en realidad fuera
una escultura de cuerpo completo, aunque la mayoría esta de acuerdo en que se
trata de un busto o bien una escultura que ha cambiado de función y por ello se
llevo a cabo su cambio de forma.
Dama de Elche |
Este busto íbero se data
del siglo V o de principios del siglo IV a.C, y fue encontrado por un jornalero
llamado Manuel Campello Escápez, en las propiedades del doctor Campello Antón, el
4 de agosto de 1897 en la Alcudia de Elche (Iulia Illici Augusta, en época
romana). La Dama de Elche fue
comprada por Pierre Paris, un francés con estudios sobre el arte íbero, y
posteriormente pasaría al Museo del Louvre hasta mediados del siglo XX cuando
se produciría un intercambio con Francia.
Durante la II Guerra
Mundial, España fue intermediaria entre Francia y el gobierno del Reich en
busca de un armisticio por parte de los franceses en 1940. Así el 22 de junio se
firmaría dicho armisticio franco-alemán, con una situación de desmoronamiento
de Francia, aniquilación de su ejército y de ocupación de una parte de su
territorio. Los alemanes embargaron bibliotecas institucionales, archivos,
confiscaron galerías pertenecientes a los judíos y colecciones privadas. Buscaban
recuperar cierto patrimonio que consideraban suyo por tener un origen germánico
y que consideraban robado durante la
época napoleónica. Ante esta situación de confusión en Francia, España
aprovechó también para intentar recuperar ciertas obras.
Heinrich Himmler ante una copia de la Dama de Elche en Francia |
El 12 de octubre de 1940,
el director de los Museos Nacionales y de la Escuela del Louvre, Jacques
Jaujard, recibió en París a Luis Pérez Bueno (director del Museo de Artes
Decorativas de Madrid), Marcelino Macarrón (delegado en Francia para la
recuperación de objetos de arte robados durante la Guerra Civil), y a el pintor
José María Sert, un pintor catalán que había vivido durante muchos años en
Francia y tenía relaciones políticas, teniendo cierta amistad con Jacques
Jaujard.
Estos tres hombres
españoles fueron enviados por el ministro de Educación Nacional, Ibáñez Martín,
para hacer una petición de recuperación de ciertas obras de arte españolas,
convenciéndoles de su gran importancia para nuestro país. Entre estas obras
estaba La Inmaculada Concepción
(1678) de Murillo, la Dama de Elche y
un lote de fragmentos ibéricos del siglo V a.C y varias coronas votivas
visigodas que se encontraban en el museo de Cluny desde 1859 (Tesoro de
Guarrazar). A esto se le sumaría la petición de devolver el resto de los
archivos de Simancas, botín napoleónico que solo una parte había sido devuelta
en el siglo XIX. Los franceses propusieron un intercambio que fue aceptado por
los españoles, donde decidieron ceder uno de los retratos de Mariana de Austria
realizado por Velázquez, un lienzo del Greco y la tienda de campaña de paño de
oro de Francisco I, tomada por los españoles en la batalla de Pavía de 1525.
Una vez las piezas
prometidas por Francia llegaron a Madrid, la ceremonia de intercambio se aplazó
debido a que los archivos de Simancas no estaban de regreso con el resto de
obras (según los franceses se debía a que los alemanes estaban escaneándolo),
por otro lado, el ministro español decidió no entregar las obras españolas prometidas
a Francia hasta el regreso completo de dicho archivo. Con esta afirmación que
sonaría un tanto amenazante, el intercambió empezaría a ser cada vez más tenso.
Finalmente los archivos de Simancas llegarían a Madrid, pero de nuevo, los españoles
tensarían aún más el acuerdo cambiando la entrega de la tienda de campaña de
Francisco I por un tapiz basado en un cartón de Goya. El acuerdo fue avanzando,
y tras un largo proceso de gestiones y diplomacia tendría final el 27 de junio
de 1941 con la ceremonia oficial del intercambio. Aunque para los franceses, dicho
intercambio no había cumplido sus objetivos y habían terminado con un una
sensación de fracaso y decepción.
Para el régimen
franquista este intercambio y la recuperación de los archivos de Simancas
supuso un éxito ideológico, mientras que otros habían fracasado en la
recuperación, el régimen franquista lo había conseguido, pudiendo usarlo como
propaganda.
La Dama de Elche había sido depositada en el Museo del Prado, y fue llevada al Museo Arqueológico de Madrid en 1971.
En la página del MAN podéis encontrar un enlace para observar la Dama de Elche en 3D:
Mónica Requejo, 03 de Abril de 2016
Fuentes:
GRUAT, Cédric, El retorno de la Dama de Elche: Segunda Guerra Mundial: las negociaciones entre Francia y España para el intercambio de importantes tesoros artísticos. Madrid: Alianza, 2015.
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