Una de las estancias del Palacio de Liria en Madrid, donde se aprecian algunas
de las pinturas que conforman la colección, entre ellas La Infanta Margarita de
Velázquez o el Cristo del Greco
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Primeramente hay que ver la situación que tenía España en el siglo XIX frente al coleccionismo, donde proliferan las colecciones particulares de carácter ecléctico cuyos propietarios pertenecen a la nueva burguesía emergente, organizándose un mercado del arte a través de negocios de anticuarios y marchantes.
Retrato del XIV duque de Alba, 1814-1815 realizado por el pintor François-Xavier Fabre |
El XIV duque de Alba, fue el prototipo de hombre ilustrado, se crió en un estilo de vida modelado por el amor hacia las artes, inculcado por su madre la duquesa de Ariza, aunque su estancia en París (1812-1814) y su Grand Tour europeo a partir de 1814 terminaron de afianzar su vocación de mecenas. Acrecentó sobremanera el patrimonio familiar, Por su número y calidad, es de destacar su compras pictóricas, sin embargo, su afán coleccionista no se limita a ésta, sino que adquirió antigüedades clásicas como vasos griegos y esculturas.
En la pintura, centró su mirada en el Renacimiento italiano y en la pintura del siglo XVII, destacando entre ellas la Virgen de la Granada de Fra Angélico que hoy pertenece al Museo del Prado; también realizó encargos entre ellos a un joven Ingres. En el coleccionismo de los siglos XVIII y XIX, los vasos griegos eran muy apreciados, esta curiosidad también la sintió el Duque, pero no como una prioridad. Se sabe que Carlos Miguel adquirió en Italia 69 vasos, en la actualidad solo se conservan 37, cinco de ellos falsos. Todos ellos son del siglo IV a.C., de figuras rojas a excepcion de tres de barniz negro, y con los temas iconográficos más habituales como los temas del cortejo con sentido funerario y escenas dionisíacas. En escultura el repertorio de su colección se ciñe a españoles, italianos y franceses; así como réplicas de esculturas antiguas como el Laooconte o de modernas como la Hebe de Antonio Canova, las reproducciones canovianas gozaban de gran éxito entre los viajeros del Grand Tour.
Virgen de la Granada, Fra Angelico (1426) |
Busto de Rosalía Ventimiglia, esposa del Duque. Realizada por Lorenzo Bartolini, (1777- 1850). Madrid. |
La recopilación de todas las obras, además de la deleite del Duque, conformarían un proyecto museográfico, queriendo transformar una de las estancias del Palacio de Liria en "Galería de Cuadros, Estatuas y demás efectos de belleza de las tres nobles artes", abriendo las puertas de su colección al público, aunque la quiebra de la economía familiar truncó este proyecto.
Bibliografía:
El XIV duque de Alba coleccionista y mecenas de arte antiguo y moderno, Beatrice Cacciotti.
El arte de las colecciones de La Casa de Alba, Fundación Caja de Pensiones.
Marta de Juan Martín.
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