domingo, 17 de abril de 2016

La colección del XIV Duque de Alba.

Una de las estancias del Palacio de Liria en Madrid, donde se aprecian algunas 
de las pinturas que conforman la colección, entre ellas La Infanta Margarita de 
Velázquez o el Cristo del Greco
Con motivo de la apertura del Palacio de Dueñas, residencia de los Duques de Alba en Sevilla, el mes pasado al público, he decidido dedicar una de estas entradas a una de las familias que reunieron grandes colecciones. Aunque si es verdad, que parte de su patrimonio se podía ver con anterioridad en las exposiciones permanentes al público en los palacios de Liria en Madrid y Monterrey en Salamanca. Toda la información se puede encontrar en su página web http://www.fundacioncasadealba.com/.

Primeramente hay que ver la situación que tenía España en el siglo XIX frente al coleccionismo, donde proliferan las colecciones particulares de carácter ecléctico cuyos propietarios pertenecen a la nueva burguesía emergente, organizándose un mercado del arte a través de negocios de anticuarios y marchantes.

Retrato del XIV duque de Alba, 1814-1815
realizado por el pintor François-Xavier Fabre
Para comenzar decir que la Casa de Alba se remonta al siglo XIV, siendo hoy en día una de las principales estirpes de la nobleza de España, goza además de ser una de las familias más antiguas de la aristocracia de la sociedad española. Yo me centraré en una de las figuras más representativas en lo que a coleccionismo y mecenazgo se refiere, el XIV duque de Alba, Carlos Miguel Fitz-James Stuart y Silva, el cual poseía una excelente colección de arqueología griega y romana, adquiriendo en Florencia buena parte de lo que hoy es el núcleo central de los fondos de arte clásico de los Alba. El inventario de la fundación cuenta en 2014 con 249 óleos que van desde artistas como Perugino a Chagall, 17 acuarelas, una biblioteca de 18.000 volúmenes, entre muchas otras cosas.

El XIV duque de Alba, fue el prototipo de hombre ilustrado, se crió en un estilo de vida modelado por el amor hacia las artes, inculcado por su madre la duquesa de Ariza, aunque su estancia en París (1812-1814) y su Grand Tour europeo a partir de 1814 terminaron de afianzar su vocación de mecenas. Acrecentó sobremanera el patrimonio familiar, Por su número y calidad, es de destacar su compras pictóricas, sin embargo, su afán coleccionista no se limita a ésta, sino que adquirió antigüedades clásicas como vasos griegos y esculturas.

En la pintura, centró su mirada en el Renacimiento italiano y en la pintura del siglo XVII, destacando entre ellas la Virgen de la Granada de Fra Angélico que hoy pertenece al Museo del Prado; también realizó encargos entre ellos a un joven Ingres. En el coleccionismo de los siglos XVIII y XIX, los vasos griegos eran muy apreciados, esta curiosidad también la sintió el Duque, pero no como una prioridad. Se sabe que Carlos Miguel adquirió en Italia 69 vasos, en la actualidad solo se conservan 37, cinco de ellos falsos. Todos ellos son del siglo IV a.C., de figuras rojas a excepcion de tres de barniz negro, y con los temas iconográficos más habituales como los temas del cortejo con sentido funerario y escenas dionisíacas. En escultura el repertorio de su colección se ciñe a españoles, italianos y franceses; así como réplicas de esculturas antiguas como el Laooconte o de modernas como la Hebe de Antonio Canova, las reproducciones canovianas gozaban de gran éxito entre los viajeros del Grand Tour.

Virgen de la granada (Fra Angelico).jpg
Virgen de la Granada, Fra Angelico (1426)
Busto de Rosalía Ventimiglia, esposa del Duque.
Realizada por Lorenzo Bartolini, (1777- 1850). Madrid.






















La recopilación de todas las obras, además de la deleite del Duque, conformarían un proyecto museográfico, queriendo transformar una de las estancias del Palacio de Liria en "Galería de Cuadros, Estatuas y demás efectos de belleza de las tres nobles artes", abriendo las puertas de su colección al público, aunque la quiebra de la economía familiar truncó este proyecto.

Bibliografía:
El XIV duque de Alba coleccionista y mecenas de arte antiguo y moderno, Beatrice Cacciotti.
El arte de las colecciones de La Casa de Alba, Fundación Caja de Pensiones.

Marta de Juan Martín. 










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