martes, 12 de abril de 2016

La Fragata Arapiles y el M.A.N.

Durante el reinado de Carlos III, los viajes científicos tuvieron gran esplendor ya que se intentaba aumentar las colecciones del Real Gabinete de Historia Natural (fundado en 1771). Así pues, gracias a su iniciativa se realizaron varias expediciones a América, Filipinas y otros puntos, no solo en busca de antigüedades sino de plata y otros productos naturales.

En la segunda mitad del siglo XIX, se veía una necesidad política de hacer misiones de prestigio para el país. El Rey D. Amadeo I de Saboya, con esta necesidad y la de simpatizar más con los ciudadanos españoles convierte el viaje de la fragata de Arapiles, que iba a iniciar el 10 de Junio de 1871, en un viaje que beneficiaría a la arqueología y al Museo Arqueológico Nacional (M.A.N.).  Esta iniciativa científica de la Fragata surgió por parte de D. Juan de Dios de la Rada y Delgado, arqueólogo y jefe de la Sección de fondos de Prehistoria y Edad Antigua del M.A.N., que consideró este viaje como una oportunidad de adquirir piezas para dicho museo realizando una serie de estancias en Grecia, Turquía, Siria y Egipto.  La Comisión científica que viajaría en esta Fragata estaba compuesta por el ya mencionado D. Juan de Dios de la Rada y Delgado, por D. Jorge Zammit y Romero, diplomático y helenista que conocía muchos idiomas, y por D. Ricardo Velázquez Bosco, dibujante de la expedición y restaurador de la Catedral de León entre otros.

Para dicha expedición, los comisionados disponían de escasos recursos económicos, y a la vuelta debían entregar una memoria de todos los gastos y otra con los trabajos y estudios realizados. Esta última memoria fue publicada por Juan de Dios de la Rada y Delgado con el título Viaje a Oriente de la Fragata de Guerra <<Arapiles>> y de la comisión científica que lleva a su bordo, y gracias a ella podemos conocer los detalles de dicho viaje.

Grabado de la Fragata Arapiles
       La fragata de Arapiles estaría comandada por D. Ignacio García Tudela, que estaba al mando de 486 hombres. Este buque blindado se realizó debido a un contrato entre la Armada Española y los Srs. Green de Londres, por una cantidad de 14.716.250 reales de vellón. El viaje inició desde Nápoles, donde estaba atracada dicha fragata, y su primera parada sería Mesina, en la isla de Sicilia.  El principal interés en esta isla sería Siracusa, donde visitaron el Museo Arqueológico y la necrópolis, donde realizarían prospecciones y de donde traerían unas lámparas cristianas, figuritas y fragmentos de relieve y un conjunto de cerámicas que habían pertenecido al Gabinete del Barón de Utica. 

                                                                                      
Busto de Joven, 98-117 d.C., donación de
Juan Bautista Serpieri. 

Su siguiente parada sería en el puerto del Pireo, Atenas, donde conseguirían por compra una serie de vaciados de yeso del Partenón, del Erechteion y otros conjuntos de la Acrópolis, que después de su estancia en el M.A.N. fueron llevados al Museo de Reproducciones Artísticas. También adquirieron distintas obras y fragmentos de esculturas de mármol y terracota, una colección de 60 vasos griegos de distintos estilos, y un busto de adolescente de mármol con otras piezas de terracota que fueron donadas por el banquero Juan Bautista Serpieri.


                                                                                            Habiendo parado en Besika (costa noroeste de Asia Menor), su nuevo destino sería Troya, donde hallaron fragmentos de basas, molduras y restos de columnas, con especial interés de un relieve de mármol donde se representa a un guerrero a caballo precedido de otro a pie. Tras atracar en Chanak-Kalen, se dirigieron a visitar la ciudad de Constantinopla, pero por falta de dinero se adquirieron solo dos trozos de ladrillo otomanos con marcas.
Relieve de marmol de Troya


Tras las paradas en Mesina y Mitilene, llegaron a Smirna, donde el cónsul de Suecia y Noruega, el Sr. Spiegelthal, donó varios objetos al M.A.N., entre ellos varias esculturas, un bajo relieve de estilo arcaico-asiático y una estela funeraria de arte griego.  Sus siguientes estancias serían breves, visitando Scio, Tigani en la Isla de Samos, y Rodas, de donde trajeron una lápida sepulcral del antiguo templo de S. Juan de los Caballeros. 
Fragmento de lapida sepulcral de la Iglesia San Juan
de los Caballeros, Rodas,Grecia.


Vaso Chipriota, 700-600 a.C.
Su siguiente estancia sería en Chipre, donde a pesar de no poder adquirir por motivos económicos una colección de antigüedades que el Sr. Palma de Cesnola (cónsul de EE.UU) poseía de excavaciones en sepulturas en Larnaca, sí adquirieron un gran número de fragmentos escultóricos, una colección de 30 piezas de cerámicas chipriotas, y algunos vidrios y monedas donadas por el Sr. Colucci. 
Cabezas Chipriotas, s.V a.C.


Volviendo a Asia, visitaron Damasco, donde Velázquez Bosco prosiguió con sus dibujos del viaje, pasaron posteriormente por Balbeck, Jerusalén, y Egipto. En este último, adquirirían un fragmento de la Columna de Pompeyo y una cabeza femenina de granito negro con el tocado egipcio, sin poder comprar más debido a esa escasez económica.  Desde Alejandría partirían a Malta, donde visitaron su Museo, y finalmente llegarían al puerto español de Cartagena el 22 se septiembre. 

Gracias a esta expedición, el M.A.N., se hizo con 319 objetos para su colección, a pesar de que como hemos visto, en varias ocasiones no pudo ser posible la obtención de otros muchos.  

Mónica Requejo, 12 de Abril de 2016



Fuentes:

POUS, M. (coord.) (1993): De Gabinete a Museo: tres siglos de Historia. Catálogo de la exposición en el MAN, Madrid.




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