En
1830, varias instituciones y academias crean la idea de un museo de Antigüedades,
reuniendo las obras de gabinetes que tenía repartida la corona, recopilando así
una serie de antigüedades sin ningún contexto arqueológico. La muerte de Fernando VII frustraría la
materialización de esta idea, pero sin duda tuvo gran importancia la existencia
de estos gabinetes y colecciones de antigüedades para la posterior creación del
Museo Arqueológico Nacional.
Palacete del Casino de la Reina |
El
museo tuvo su origen sobre papel el 20 de marzo de 1867 en el Casino de la
Reina. Esta posición de dicho museo iba a ser temporal mientras se terminaba de
construir el Palacio del Paseo de Recoletos, pero esta estancia se prolongo
veintiocho largos años. Este Casino de
la Reina había sido desvinculado del Patrimonio de la Corona dos años antes por
Isabel II, quién tendría gran importancia en la influencia de la creación de
dicho museo. Debido a la revolución de 1868 con la que se vio afectada el
museo, no sería hasta el 9 de julio de 1871 cuando se realizaría la solemne inauguración
presidida por el rey Don Amadeo I (1845-1890).
Las
primeras colecciones que empezaron a formar parte de este museo provenían de la
Biblioteca Nacional, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, la Escuela
Superior de Diplomática, la Academia de San Fernando y otros organismos
públicos. Hay que destacar entre ellas,
la colección monetaria y clásica de la Biblioteca Nacional y por parte del Museo Nacional de Ciencias Naturales
la colección de objetos arqueológicos americanos, aunque tenía una variadísima
colección con materiales provenientes incluso de China y Japón. Por supuesto, a todo esto se añadió las
donaciones de particulares a las que se animaba ya en el Decreto fundacional
del Museo, la labor por parte de las Comisiones Científicas y de Conservadores
en la búsqueda de piezas y las piezas llegadas de expediciones.
Una de las salas de México en la Exposición Histórico-Americana de 1898 |
Aprovechando
las Exposiciones conmemorativas del IV Centenario del Descubrimiento de
América, se empezaron a trasladar al actual ubicamiento del Museo Arqueológico Nacional piezas para
las diferentes exposiciones internacionales, entre ellas la sección etnográfica
para la Exposición Histórico-Americana
de 1898. La instalación completa del Museo en el Palacio de Biblioteca y Museos
Nacionales se realizó en 1893, con un espacio menor del que se había acordado
en un primer momento y teniendo que compartir el edificio con la Biblioteca
Nacional. Así pues se intentaron distribuir las colecciones de la forma más
ordenada posible, en un edificio que poseía dos patios techados (romano y
árabe), con quince salas en la planta baja y trece salas en la planta segunda.
Se aprovechó también la decoración que Arturo Mélida había realizado para la Exposición Histórico-Natural y Etnográfica,
ambientando así las salas según su temática.
Patio Árabe en 1895 |
Sala Antigüedades egipcias en 1917 |
Hacia
1933 se realizaron una serie de remodelaciones en el museo, buscando un sentido
más funcional y más moderno, y creando pavimentos, muros y techos acordes con
los objetos exhibidos, así mismo se buscaba el interés del pueblo medio y no
solo del erudito, por ello se disminuyeron las piezas exhibidas.
En
la Guerra Civil las salas se protegen creando un andamiaje, lo que provocó que
la decoración ambiente se perdiera. Además entre 1938 y 1939 el museo fue
saqueado y algunas colecciones desaparecieron. El periodo de posguerra se
caracterizó por la reconstrucción y una sensación de provisionalidad debido
entre otras cosas a la creación del Museo de América (inaugurado en 1944) que
se mantendría en una parte del Museo Arqueológico temporalmente, y por otra
parte de unas obras en las instalaciones, sobre todo en los patios, que se
mantendrían paralizadas por falta de presupuesto hasta 1951, empujando así a
crear un museo abreviado. A pesar de estas circunstancias, en 1943 se realiza
una exposición de apertura del museo, con gran importancia por la devolución de
la Dama de Elche.
Patio Romano en 1957 |
Se
prosiguieron con las obras a partir de 1952 buscando un prestigio
político-científico debido al IV Congreso Internacional de Ciencias
Prehistóricas y Protohistóricas que se celebraría en Madrid. A lo largo del siglo XX, el museo recibió piezas donadas por parte
de particulares, de expediciones arqueológicas, o intercambios y compra de
piezas.
A
partir de 1968, se realizaran de nuevo cambios en el museo, ampliándolo al
máximo del recinto, reinstalando todas las colecciones con nuevos conceptos museográficos, y realizando gran número de actividades de difusión como
exposiciones temporales, publicaciones, conferencias, etc. Todas estas remodelaciones en el museo
supondrán la perdida de la idea inicial y arquitectónica del museo, no siendo
hasta la reforma del 2013 cuando se recupera parte de ella con los patios.
Mónica Requejo, 06 de Marzo de 2016
Fuentes:
POUS, M. (coord.) (1993): De Gabinete a Museo: tres siglos de Historia. Catálogo de la exposición en el MAN, Madrid.
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