Mandado crear el primero en 1885 por el zar ruso Alejandro III como regalo a su mujer María Fiódorovna con motivo de una de las fiestas más importantes dentro de la Iglesia Ortodoxa, la Pascua, la tradición mandaba cambiar tres besos y un huevo. Los huevos creados por Fabergé se convirtieron en una constante todos los años entre los zares rusos, ya que esta tradición fue continuada por su hijo Nicolás II, hasta que en 1917 la Revolución Rusa terminó con la familia Romanov. Hoy se pueden ver en museos y en colecciones privadas, en las cuales son un bien preciado, el más caro alcanzó en una subasta los 18 millones de dólares. Aunque no se sabe muy bien cuantos hay, se dice que se realizaron entre 69 para los zares, la aristocracia y la élite industrial y financiera.
Taller y tienda de Fabergé |
En 1882 en la Exposición Panrusa de Moscú se pudieron ver algunas de sus obras, lo que le valió la medalla de oro. Desde entonces se le nombrará joyero oficial de la familia real.
Obras destacadas:
El primer huevo imperial (1885) mide 6,4 cm. Es la primera pieza realizada. Tiene el tamaño de un huevo normal, dentro de este primero, se encuentra otra versión en oro que alberga en su interior una gallina también realizada en oro y que destaca los dos rubíes que tiene por ojos. Pudo haber sido inspirado por una propiedad del padre de la zarina Maria Feodorovna, el príncipe Christian IX de Dinamarca.
Huevo del Pamiat Azova (1891) mide 9,8 cm. Realizado para conmemorar el viaje alrededor del mundo que hizo desde 1890 hasta 1891 el heredero al trono Nicolás a bordo del Pamiat Azova. Realizado a mano en jaspe verde con un moteado rojo y azul, está decorado con volutas rococós en oro con diamantes, un gran rubí rojo flanqueado por unas volutas de platino forman el cierre. En su interior, se encuentra a modo de sorpresa, una réplica del Pamiat Azova, realizada por August Holling uno de los maestros del taller de Fabergé. La pequeña nave flota en un mar tranquilo color turquesa, tiene todo lujo de detalles minuciosos, como las chimeneas, los botes salvavidas o lo cañones, siendo una pieza única.
Huevo imperial de la Coronación (1897) mide 12,7 cm. Regalado por el zar Nicolás II a la zarina Alexandra Feodorovna con motivo de su coronación en 1896. Al exterior utiliza la técnica del guilloché, (grabado superficial sobre metal que consiste en hacer dibujos de un modo repetitivo y simétrico) sobre el oro, y en cada punto se ve un águila bicéfala, símbolo imperial. En su interior nos encontramos con una réplica exacta del carruaje que tomaron los zares para la coronación, la puerta se abre para mostrarnos su interior, con un terciopelo rojo idéntico al original. El artesano George Stein, trabajador en el taller de Fabergé, tardó 15 meses en realizar esta obra maestra.
Huevo del Kremlin de Moscú (1904) mide 36,8 cm. Conmemora el regreso de la familia imperial a Moscú en 1900, es el más grande de todos. está inspirado en la Catedral de la Asunción sobre el Kremlin de Moscú en este caso la sorpresa reside en que es una caja de música.
Huevo de Alejandro III (1910) mide 15,6 cm. Regalo de Nicolás II a su madre, para conmemorar la inauguración de una estatua del Zar Alejandro III a caballo. El huevo esta realizado en cristal de roca combinado con una estructura de platino, que deja abierta una especie de ventana, por la que se ve una réplica en oro de la estatua de Alejandro III que descansa sobre un bloque de lapislázuli. El huevo descansa sobre una base con querubines, que tienen engarzado un diamante de grandes dimensiones.
Huevo del III Centenario de los Romanov (1913) mide 18,6 cm. Regalo de Nicolás II a su esposa Alexandra. Al exterior un guilloché de oro cubre una superficie blanca, a su vez decorado por dieciocho retratos de personajes Romanov. En su interior, a modo de sorpresa, una bola del mundo con dos mitades, en una mitad muestra la extensión del Imperio Ruso en 1613 y en la otra mitad la extension del Imperio en 1913. El huevo es soportado por tres águilas bicéfalas con diferentes atributos como la espada, el cetro y un globo terráqueo.
Huevo de Alejandro III (1910) mide 15,6 cm. Regalo de Nicolás II a su madre, para conmemorar la inauguración de una estatua del Zar Alejandro III a caballo. El huevo esta realizado en cristal de roca combinado con una estructura de platino, que deja abierta una especie de ventana, por la que se ve una réplica en oro de la estatua de Alejandro III que descansa sobre un bloque de lapislázuli. El huevo descansa sobre una base con querubines, que tienen engarzado un diamante de grandes dimensiones.
Huevo del III Centenario de los Romanov (1913) mide 18,6 cm. Regalo de Nicolás II a su esposa Alexandra. Al exterior un guilloché de oro cubre una superficie blanca, a su vez decorado por dieciocho retratos de personajes Romanov. En su interior, a modo de sorpresa, una bola del mundo con dos mitades, en una mitad muestra la extensión del Imperio Ruso en 1613 y en la otra mitad la extension del Imperio en 1913. El huevo es soportado por tres águilas bicéfalas con diferentes atributos como la espada, el cetro y un globo terráqueo.
Huevo Azul con serpiente (1887)
Perteneció a Grace Kelly, regalo
de su esposo el príncipe Rainiero
de Mónaco
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Huevo Mosaico (1914)
Pertenece a la Familia
Real Británica
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En 2004 Victor Vekselberg, un industrial ruso adquirió los famosos huevos imperiales de la colección Forbes en una subasta en Sotheby’s en Nueva York, con la intención de que volvieran a Rusia.
Os dejo dos links para que veáis estas maravillosas obras de arte:
El primero es el trailer que hace referencia a una película que se pudo ver el año pasado en Madrid, pero que yo no he encontrado por ningún lado: https://www.youtube.com/watch?v=I0wMERTZaTE
El segundo muestra algunas piezas tanto su exterior como su interior: https://www.youtube.com/watch?v=UUQW9TztA_A
BIBLIOGRAFÍA
Pfeffer S., Fabergé Eggs. Masterpiece from Czarist Russia.
http://www.faberge.com/ consultado el día 09/03/2016
Marta de Juan Martín, 10 de Marzo de 2016.
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